Lo que acabo de borrar es el recuento de lo que pasaba anoche.
Anoche recibí una llamada.
También fui al hospital.
Seguí con la mirada a la morgue.
No se habló de los cuerpos, sino de Ángeles y de Vicente y de que estaban juntos. Eso, de alguna manera fue consuelo.
También se dijo: "Todos los lunes ellos iban a La Gloria, y los gemelos siempre andaban con ellos, pero esta vez los dejaron encargados. La niña no quiso quedarse, se aferró a irse. Está muy grave. Ahora, quién sabe qué va a pasar. Ellos ya se fueron y talvez también se la van querer llevar".
¿Y qué pasó? No sé. Carretera. Destino. Azar.
El domingo en el Aeropuerto de Oaxaca me pasó algo raro: ocupé el asiento que alguien acababa de dejar. En cuanto me senté, una mujer a mi lado empezó a hablar conmigo, se quejaba del cansancio, de la mañana. Yo no estaba de humor para hablar con nadie, pero entablé conversación con la cortesía que se debe tener con los desconocidos en los aeropuertos. En algún momento le pregunté de donde era y me respondió que de La Gloria. Le dije que gran parte de mi familia vive ahí, eso detonó que empezaramos a trazar líneas. Después de un breve mapeo, descubrimos que yo era la prima de Ángeles y ella la prima de Vicente, casados hace ya mucho tiempo. La mujer del aeropuerto y yo nos reímos ante la coincidencia, cuando me despedí le dije: "Yo soy Lorena. Cuando veas a Vicente, le dices que me encontraste en Oaxaca, yo le voy a decir lo mismo de ti a mi prima".
Y pues, no. El lunes murieron los dos.
El domingo en el Aeropuerto de Oaxaca me pasó algo raro: ocupé el asiento que alguien acababa de dejar. En cuanto me senté, una mujer a mi lado empezó a hablar conmigo, se quejaba del cansancio, de la mañana. Yo no estaba de humor para hablar con nadie, pero entablé conversación con la cortesía que se debe tener con los desconocidos en los aeropuertos. En algún momento le pregunté de donde era y me respondió que de La Gloria. Le dije que gran parte de mi familia vive ahí, eso detonó que empezaramos a trazar líneas. Después de un breve mapeo, descubrimos que yo era la prima de Ángeles y ella la prima de Vicente, casados hace ya mucho tiempo. La mujer del aeropuerto y yo nos reímos ante la coincidencia, cuando me despedí le dije: "Yo soy Lorena. Cuando veas a Vicente, le dices que me encontraste en Oaxaca, yo le voy a decir lo mismo de ti a mi prima".
Y pues, no. El lunes murieron los dos.