miércoles, 18 de marzo de 2020

Hoy salía de la cuarentena. Catorce días guardados meticulosamente, cuidando al prójimo como si estuviera enferma. Al día trece se declaró la cuarentena en la región. Creí que podría salir un poco, hacer cosas fuera, pero aquí seguimos.

Cada día se ha sentido como una semana, pasan demasiadas cosas. Hoy ya el ritmo se ha aminorado.

lunes, 16 de marzo de 2020

Ya está en casa, volvió de Corea hace 11 días. Los mismos que hemos guardado en casi total aislamiento.

Ayer que revisé la alacena me di cuenta que mi fatalismo ha servido de algo. Siempre he esperado el terremoto, así que hay suficiente comida de guerra: pastas, granos, latas. un poco de harina. Cosas así.

Ayer  Ninis me cuestionó por tener cinco clases de sal. ¿Para qué quieres sal de lavanda, madre mía?

Me preocupa mi madre.

Mi regalo de cumpleaños había sido un viaje a Nueva York, hoy cancelado.

Los acontecimientos de los días se sobrevienen y se me acumulan. Encima hay una huelga que empieza mañana.

He decidido ver a mis estudiantes cara a cara por video conferencia y preguntarles como están. ¿Qué están sintiendo? ¿Que decisiones han tomado? ¿Están  de vuelta en casa de sus padres? ¿Están solos?

Cancelaré el midterm, por ahora, y les pediré que me escriban algo: un poema, un cuento, una reflexión, algo que haga que les vuelva el alma al cuerpo.

Hace mucho tiempoo que no perdía el sueño.