sábado, 27 de octubre de 2007

En el patio de los perros hay un carro chocado. Se encienden una a una las luces amarillas de la colonia, el aire está azul, tres taggers vestidos de civil avanzan por la calle jugando con un encendedor. Tengo un libro en la mano, encendí el lucky strike para leer fumando. Cuando me empieza a caer la pesadez del tercer golpe y mis dientes sienten el frío del aire al caer la noche pienso en lo democráticas de mis razones para no definirme como feminista:

1. Le exclusión de género.
2. La victimización de las mujeres.

Regreso al inicio de la página porque no sé ni que leí.

Hay secretos escarbándome la cabeza. No sé si quedarme quieta y seguir por la misma vía hasta que se descarrile el tren o detenerme a preguntar direcciones, caminar, pedir raite. Por ahora lo necesario es una pausa, un momento para respirar, regresar al inicio de la página y volver a leer.

Qué rico es fumar en el frío, pero yo ya no fumo. Tiemblo.

viernes, 26 de octubre de 2007

Creo que ya posteé este video antes, disculpe usted si así fue, pero vale la pena hacer un homenaje a los incendios californianos.



Pla canta la historia de una colilla de cigarro que cayó de los labios de un migrante decapitado al cruzar la frontera. La colilla recorre el país incendiando bosques y gasolineras. Al final esta pequeña bachicha arma una revuelta de cigarritos, puros y habanos que arrasan con todo Estados Unidos.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Se llama Omar, tiene más o menos 12 horas de haber nacido.

Nació a las ocho de la mañana, pesó tres kilos con trescientos gramos, midió cincuenta centímetros (and counting).

Es guapo y peludito, su madre dice que tiene naríz de pera.

La tía (esta mera) lo inspeccionó desde la nuca, los dedos, las costillas, el prepucio y el períneo, hasta la planta de los pies.

Diagnóstico: sano y hermoso.
Been driving all day, didn't shower, even got daughter away from a fire near her school.


(very proud of myself today)

martes, 23 de octubre de 2007

La lista de ayer.

1. Sota de tréboles.
2. Avión de papel.
3. Una letra A grande y minúscula.
4. Olor a guardado, a cajón de madera.
5. Tinta negra.

domingo, 21 de octubre de 2007

En mayo pagué la tormenta de arena, imaginé que llegaría en seis a ocho semanas, pero en México todo llega tarde. Supuse que se había perdido en el correo, que me había equivocado de código postal, que el cartero la había visto muy bonita y se la había llevado a su casa, pero no. Al despertar me estaba esperando, platicamos un poco, hizo rodar cosas sobre el techo, interrumpió la electricidad unas cuantas veces (la entiendo, andaba juguetona y contenta), le puso una arrastrada al pino que lo ha dejado irreconocible y para colmo en una de sus sacudidas tiró algunas tablas sobre mi carro y me lo dejó con una abolladura y con las vistas rotas.

No es muy importante (guárdeme usted el secreto, si se entera que hablo así de ella no me lo perdonará nunca), es apenas un vientecillo que hace volar la tierra y pone el cielo color canela, pero tiene sus gracias: la luz del sol de las cuatro cayendo amarilla sobre el tapete, la música al teléfono entre chiflidos, carritos neveros y lo agitado del viento barriendo las banquetas a 50 millas por hora.

Esta mañana se lo dije: Malibú arde. ¿Recuerda?

Hay un aro amarillo rodeando al sol, si el pronóstico del tiempo es tan certero como la quiromancia, pasado mañana será rojo, el mar tendrá tonalidad de cobalto enterregado y a las olas llegará la codiciada offshore contition. Será bueno ver quien se atreve a pararse sobre una tabla.

¿Por qué será que nos ponemos así en los días de autocrítica severa? En qué momento se reúne en comité a los alteregos para ponerse de acuerdo en huir de las fiestas cuando los asistentes ya están muy borrachos. Se llega a casa con los alters alborotados de tanta sobriedad y para ponerlos quietos tomamos el galon de leche y vamos sirviendo vaso tras vaso, hasta que alcanzamos la caja de las galletas de coco para callarlos a todos, porque las bocas llenas traen silencio y placidez.

Quién nos manda pelear con septuagenarios y decirles que nos da igual el antisemitismo que hornear pasteles o aprender mecánica automotriz. Por qué elegimos no decir las buenas noches y en su lugar exclamamos un iracundo: "qué enfadoso te pones" al pobre viejecito mañoso y retorcido que tiene cara de santaclós y que en 24 horas guarda a su hija en un centro de rehabilitación, toma un vuelo a Las Vegas llevando a su nieto de dos años para alejarlo de una madre adicta al cristal y regresa a su casa sola para dormir dos días entre pericos y perros chihuahueños.

Y luego despertamos con el viento, sin tumble weed, sin western, sin cruda. Con sueños de mar cobalto antes de que se llenara de tierra. Tiernitos, decididos a no bañarnos y pasar el día entre disfraces de pirata y coyotitos de una hora a las seis y media de la tarde, porque es octubre y es domingo.

sábado, 20 de octubre de 2007

jueves, 18 de octubre de 2007

win, lose.

guerra
rifa
economía
amor
propiedad
apuesta
Ya le conté del carro aplastado, de la bolsa en el cine y de la roca. Ya le dije del extraño caso del migra simpático, de la sangre vomitada hacia adentro, del sushi que estaba bueno "pero en Tijuana lo hacen mejor", de que el bar se transformó en narco hangout y ya no se antoja. Le dije de mi brazo? de que me sacaron sangre por la mañana y no me he quitado el curita, asi como hacen los niños. Los curitas son trofeos de batallas perdidas, porque cuando un niño exhibe las heridas es porque ganó, y esta orgulloso.

(lo sé, soy una verguenza pero tengo una hueva inmensa que me impide volver a las palabras anteriores para poner tildes).

martes, 16 de octubre de 2007

En realidad no me interesan los perros pero era un chihuahueño y estaba a punto de atropellarlo. Detuve el carro a media calle, no había tráfico detrás. Lo llamé, el perro movió la cola. Estaba afuera de una casa, me asomé por la barda, pero no había nadie. Pensé en dejarlo dentro del patio o llevarlo alrededor de la cuadra para ver quien lo reclamaba.

Un pinche perro -Pensé-, a mí qué me importa. Los carros empezaron a acumularse detrás del mío, les hacía señas para que le sacaran la vuelta pero la gente es muy estúpida. Me encontraba entre varios dilemas: un perro meneándome la cola, mi carro atravesado, una fila de carros y una barda cuando llegó la policía.

Los policías de este pueblo estereotípico lo son igualmente: panzones, bigotones, rudos y prietitos. Con toda la hueva del mundo el tipo asomó la cara desde su Ram.
--Señorita, no puede estacionar su carro ahí.
--No está estacionado, es que iba a atropellar al perro.
El policía me alzó una ceja al estilo de Vicente Fernandez, me miró de arriba a abajo y arrancó la Ram sin decir más.

La fila de los carros ya era bastante larga, miré al perro con un poco de lástima y me fui a mi carro. Un hombre en un pickup amarillo me gritó un: no te puedes estacionar ahí mija, le respondí: ya sé compa, no estés enfadando.

Cuando me despedía del perro, el hijo de la chingada asomaba la cabecita por el hueco en la barda que habia usado para escaparse. Estaba en casa.

Seguro al rato que pase por esa calle va a estar con las tripas de fuera.

lunes, 15 de octubre de 2007

domingo, 14 de octubre de 2007

un collar cuelga de mi lámpara, cada que olvido que soy materia orgánica en proceso de degradación lo toco. A veces se siente helado, las noches de foco prendido sus cuentas se calientan, las giro. La luz ilumina los pliegues de mis dedos y quisiera saber quiromancia para poder leerme el futuro; evitar el accidente agachándome en el momento preciso. Decir: tengo un mal presentimiento, no salgas. Perder un avión o salvarme de no perderlo. Tomar otra ruta para evitar conocer a la gente no me hará bien. Jugar a que el destino se cambia en los pliegues de mi mano. Tener la certeza de que es posible evitar y provocar a la fortuna.

viernes, 12 de octubre de 2007

Las manos torpes, la espalda pesada, las ganas de guardarse en una cueva, de lugares oscuros y cálidos como esos donde se vive antes de salir al mundo. Sueño sin descanso, despertar a las 3:45, caminar en letargo con el mundo chueco y la cabeza de lado. Dormir.

lunes, 8 de octubre de 2007



Es muy fácil que a un día se lo lleve la chingada. A unas llaves perdidas agréguele un poco de egoismo, una puerta que se cierra, un artículo en New York magazine y una quemada en la parte zurda de las manos. A todo esto añádale una canción de Pearl Jam antes de que se llamara así.

Todo puede mejorar con pastel de chocolate, el deseo de fumar insatisfecho, pero latente en la bolsa de mano que contiene el encendedor morado al que nadie quiere por puto, y la llamada telefónica de la que encontró unas llaves improbablemente robadas hace más de tres meses.

Señoras y señores, Cate Blanchett hace de Bob Dylan, en su honor (de Cate, porque Bob qué) hoy llevo la camiseta que me tocó por default en la democrática repartición de titty t-shirts ocurrida en la casa de Román hace tiempo: Jenny se quedo con Prince, yo con Bob.

(Y no me reiré hasta que me llame Ana de la shop para decirme que logró abrirla después de medio día en que nada, ni con auto-bomba)


***

Llama la Ana, sonido de sirenas detrás, quizá la fantasía del coche-bomba se concede. No la dejo decir palabra, a ciegas sé que es ella.

--Ya abriste la tienda?
--Sí, pero el código, el código de la alarma no lo tengo, Ven.

Ok, ahora sí puedo reirme.

***

Corro a la puerta, suena el teléfono. ¿Contesto? ¿Azoto la puerta?

--Bueno.
--¿Quién habla?
--¿Cómo que quién habla? ¿Con quién quieres hablar?
--Llamo de la Central de alarmas...
--Ah sí, soy yo, ya voy
--...hay una persona no identificada en la tienda, el guardia está con ella ¿Es necesario llamar a la policía?
--Es Ana, policía no. Ya voy.

¿Risa? Mejor no declararla.

domingo, 7 de octubre de 2007

Me hicieron sacar a mi muñeca para ese montón de nada?

(corran por sus vidas!)

--La Ninis

sábado, 6 de octubre de 2007



Doña Jesusa Rodriguez con doña Liliana Felipe.
Mamá, hay una serpiente en tu cabeza, mamá sácala de tu cabeza!

Mamá que no te das cuenta que tienes una serpiente en tu cabeza?

Caiste en la trampa, como en la pirámide de Tutankamón.

viernes, 5 de octubre de 2007

Ir a la licoreria por cerveza and overpriced cheap liquor, engordar, ser una mujer adaptada que va a fiestas de colegas que de día usan sacos y de noche se aflojan la corbata o sacan de la cajuela unos jeans perfectamente raspados de la rodilla, con los hilos blancos intencionalmente despeinados volando, meneándose con coqueteria en el hoyo de la bolsa trasera por donde se asoma una cartera de piel comprada a mitad de precio en la Marshall's. Ser una mujer que sirve charolas de costco en las fiestas, que da besos perfectos, estandarizados con aliento de menta nutrasweet, que se da pedicures y se reconstruye la vagina quirúrgicamente.

Ahorrar en secreto para el face-lift, reducir el discurso a small talk. The smallest, the better.

Decir cosas como:

I was devastated, that is why I took this vacation.

I'm a survivor

I'm a fighter

I can't live without my coffee

jueves, 4 de octubre de 2007

Los alumnos se comportaron frente a Omar. Pablo y Carolina no estuvieron de comadritas como siempre, Carlos no estuvo de contreras, Humberto no se tiró a descansar en le escritorio ni caminó alrededor del círculo tocando la flauta, Alan no fue, extrañamos su risa que a veces lo hace caerse al suelo y ponerse colorado (iba a decir como tomate, pero los tomates posmodernos pueden ser naranja-grises, verde-pálidos, nada que ver con el rojo intenso de la cara de Alan en un ataque de risa).

Al final de la clase, Omar rifó cuatro de los libro que presentó. Lo normal habría sido hacer papelitos y permitir a la suerte decidir quien se quedaba con cual, pero no. Alguien (no sé si fui yo) en algún momento sugirió que cada alumno se quitara un zapato y lo arrojara lejos, el primero en recuperar zapato y volver con él al salón tendría derecho a escoger entre los cuatro libros. Hubo renuencia al principio

--Cómo van a correr con un zapato? -decía Omar.

pero triunfó la incongruencia; salimos y desde el balcón volaron los zapatos a la cancha. Fue la carrera más rápida y tramposa que haya tenido lugar en la Ibero, a pesar de todo al final salieron libro en mano, pie en zapato, un poco despeinados quizá, pero contentos.
Creía que nada me haría sonreir hoy. Me equivoqué:


13. Bailar es soñar con los pies.

Encontrada en el blog de Humberto, uno de mis alumnos.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Probióticos, tarros de yogur natural repleto de acidófilos y de cultivos lácticos vivos (espero que sigan vivos). Una botella de lactobacilos en cápsulas, dos con la comida, píldoras de algún desintoxicante herbal, pastillas de ácido fólico que le regalaron a Mariana en una feria de salud.

I want to get better.

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(Lo peor está por venir)

(siempre)

lunes, 1 de octubre de 2007



"Volver, vuelvo todos los años, pero no para quedarme. La pregunta para mí no es por qué no vivo en la Argentina sino por qué vivo en México. Y la respuesta es muy simple: Porque estoy enamorado de mi mujer, eso es todo"

--Juan Gelman (el poeta que me dejó de tarea la fortune cookie llamada Libreria, proyecto del Omar. Para ver la coleccion completa vaya usted a: http://www.libreria-omarpimienta.blogspot.com)



Un comercial de turismo: la alberca del Hotel Rosarito, el muelle y la zona norte de Tijuana, la banda se llama The Kooks.