martes, 30 de junio de 2009

A partir de la era digital el acto de fotografiar se ha convertido en algo superficial, intrascendente, instantáneo, olvidable. No me haga usted caso, es la nostalgia por la alquimia, los focos rojos, los cuartos pintados de negro y el cuidado que se ponía en medir la luz, cerrar o abrir la lente. El tiempo y la química, era como hacer magia.

Tuve una estrecha relación con mi cámara de aquellos tiempos, le conocí muy bien sus lentes, sus reacciones, sus mañas, le supe los resultados según la película y el papel. No había cosa que me hiciera más feliz que ir a la tienda de fotografía y salir con un paquetito de Ilford Pearl. Ahora con las dos o tres cámaras digitales que he tenido en los últimos años no entiendo nada, y creo que no me interesa conocerles nada. Disparo, si no me gusta el resultado, borro. Es fácil. Y casi nunca imprimo una sola foto.

lunes, 29 de junio de 2009

Dice Lily.

oh, pues fui a unas clases de manejo en Tijuana, hice que corrieran al hombre de su trabajo y que mandaran su carro al corralon y le pusieran una multa.

Pero todo fue un accidente


Lily es la nena más nena que conozco, es mucho más nena que Ninis (es que la Ninis es una cabroncita y le encanta decirme al oído cosas como: mamá tus amigos son unas nenitas).

Tiene los ojos grandotes y las pestañas aleteadoras, destripa con abrazos. Es toda amor, atención, mirada inteligente, pero también es distraía y apenas te vas acostumbrando a que te hable o te escuche, cuando pasa otra persona y se va con ella a mirarla, a hablarle, a escucharla igualito que a ti.

Y Lily, pues, es una larga historia, pero su papá era un amigo viejo y una conjetura me hizo ver que una de mis alumnas era su hija.
No entiendo al Twitter, el Facebook me da hueva, el Myspace me marea. Mi virtualidad sólo alcanza para esto.

Pero hoy abrí mi cuenta de twitter, por culpa de la Jenny.

Sigo a tres gentes: Rafa Saavedra, Jenny Donovan y Slavoj Zizek.

domingo, 28 de junio de 2009

Tengo swine flu... tú sabrás si me quieres dar besos.

(así saludé a todos en la fiesta de hoy, debo decir que solo los más valientes me saludaron de beso)

sábado, 27 de junio de 2009

Todos se van mientras hago planes para quedarme. Sé que también me voy, pero aún no sé a dónde o cuándo. Por ahora busco algo qué hacer aquí y como siempre, confío en lo que aparece sin buscarlo. ¿Subir de grado? ¿Hay descuento? ¿Estoy a tiempo? ya qué, todo puede pasar, hasta eso.

Me invitaron a dos despedidas de la ciudad hoy, en los tiempos de mi madre las despedidas eran el preámbulo de la boda, en los míos son el preámbulo de la huída, sus antecesores son la pérdida del trabajo o el divorcio y hay que festejar ambas cosas. ¡fuera! ni modo de seguir llorando.

Estuve dos días en la cama sin poder leer o escribir, me dediqué a pensar estupideces, por ejemplo lo que sienten las zanahorias que se quedan olvidadas en la oscuridad del fondo del refrigerador, me imaginé que se hacen la ilusión de estar enterradas y por eso echan raíces, les salen ramitas y luego llega una mujer con el pelador para que acaben flotando en un caldo de pollo; único remedio conocido por mí para el resfriado (ahora que a nada se le puede llamar gripe sin crear una pequeña crisis de pánico).

El encierro, la sobriedad, la televisión y Michael Jackson pueden enloquecer a cualquiera. Ninis me cuidaba, me recogía el plato o me traía agua y hacía labores que jamás en su vida, como trapear por primera vez la cocina. Ella entiende de males respiratorios, desde los seis meses de vida lucha con las crisis de asma, sabe de no acercarse, de no tocar, de usar desinfectantes en aerosol. Pero estos días acercaba una silla y leía un poco del catálogo de seres fantásticos que le regaló Abril. Hubo un tiempo en que me leía de los Hombres Grises, hoy está obsesionada con el Leviatán, que yo conocía nomás por Hobbes (y eso por pura obligación escolar). En cambio Ninis me habla de un monstruo marino que se queda en el fondo del mar hasta el día del Juicio Final, y me pregunta ¿qué es eso del Juicio Final? y yo, no sé, sólo recuerdo unos libros de los testigos de jehová que encontré escondidos en el católico clóset de mi abuela, en las imágenes habia pastizales, niños rubios jugando con leones, maripositas revoloteando, mujeres sacando a los hombres de sus tumbas, ningún chueco, ningún apestado,ningún descompuesto, no había defectos, todos eran perfectamente simétricos y felices a pesar de haber estado bien muertos por quién sabe cuánto tiempo y yo le preguntaba a mi abuela si eso era el paraíso y ella me decía, que eso era el Día del Juicio Final. Y, pues, cómo explico eso a una niña como Ninis que anda pensando en Leviatán entre la fascinación y el terror.

Soy eso que está rodeado de cajas de kleenex. El bote de la basura escucha las cancelaciones por teléfono: hoy no, luego, no estoy bien, otro día, la próxima semana. Sí, después. Gracias. Soy también un oído a medias, como bombo de batería tronado. Mareos y falta de fuerzas para todo, excepto para ver el termómetro, y no se trata de un cáncer, no es ninguna enfermedad terminal, no hay huesos rotos, ni quemaduras, pero el dolor es tan diverso e infinito como es individual y solitario.

La desaparición de los sabores lleva a experimentar con las temperaturas, la búsqueda de la acidez y lo picante y al final del día es todo tan estéril que a duras penas se va a la cocina y se busca entre las botellas: ¿mezcal? ¿vino tinto? ¿Tanqueray? ¿whiskey? Whiskey. Straight, no chaser, como en las peliculas o el jazz. La lucha contra la sobriedad se da en pijamas, después de un baño, el pecho calientito y a dormir.

Mañana todo será mejor.

Y sí, mañana es hoy.


Pues sí, lo que faltaba, está aquí.

domingo, 21 de junio de 2009

El grafógrafo.
Salvador Elizondo.

Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.

(andaba buscando postear "La fundación de Roma", del mismo autor pero se me perdió)
Harta de la pregunta:

"¿Piensas tener otro hijo?"

Aburrida del comentario:

"Ninis necesita un hermanito."

Diré que:

Me gusta lo que soy desde que nació mi hija, me encanta su compañía, desde verla comer, hablar con ella o leer juntas. El otro día caminábamos y me tomó de la cintura, nunca se había sentido tan bien que alguien me llevara de la cintura. Sin embargo soy una persona demasiado responsable y un tanto egoísta. Para mí los hijos no son accesorios o cargas, no son algo que se tiene por costumbre social o por función de género. La analogía con que represento a mi maternidad es muy simple: imagínese usted que se le desprende una pierna del cuerpo y se convierte en una entidad suya pero independiente de usted. ¿Cómo la trataría? ¿Qué sentiría por ella? Las respuestas posibles son tan diversas como individuos hay en el mundo. Para mí así es: mi hija es mi cuerpo lejos de mí, con su propia conciencia y carácter, independiente, libre de mí, pero es yo. Es por esto que para mí ser madre no es fácil, no es algo que haga a la ligera.

Entonces, las preguntas se hacen por costumbre y no tienen una respuesta fácil, no hay un simple "sí" o "no". Además son una absurda manifestación de la presión social que se ejerce por las mujeres y sobre las mujeres para que nos apeguemos a las costumbres de la cultura, después de todo: qué les importa si tengo o no tengo más hijos, lo que haga con mi vida/ tiempo/ cuerpo no es decisión de nadie más que mía.

Me da gusto cuando una mujer me cuenta que espera un hijo, me encanta oler la cabecita de los recién nacidos, pero me enfada y no soy amable al responder cuando me preguntan: ¿Y tú, cuando tienes otro?

Hay gente que se ofende si respondo un simple "nunca", o si digo "tendrían que pasar tantas cosas en mi vida para que decida tener otro hijo". Pero no se dan cuenta de la complejidad que tiene una pregunta así, es igual que el ¿Cómo estás?, el ¿Qué has hecho?, es tan difícil para mí responder a esos saludos, por eso prefiero decir: "hey" y dar un beso.

viernes, 19 de junio de 2009

Hay que pintar la casa, gordo, está muy equis. Pues no sé, algo clásico pero diferente. No, amarillo, no, ¿Cómo crees? ni pa qué la pintamos entonces. Tenemos que hacer algo único, nadie tiene estilo en esta pinche colonia de interés social. Quiero tener la casa más original de la cuadra.



¿Y si vamos a Calexico y compramos pintura Ralph Lauren? Sicierto, ni se va a notar y además está bien cara, da lo mismo que si compramos pintura de la Comex, ya pintada ni la marca se ve, pero, pues hay que ver revistas de decoración, alguna idea vamos a agarrar. Un verde así con rayitas, dicen que el verde llama al dinero. Cómo crees que la vamos a pintar de billete de cien dólares, tú sí estás loco, eso es de lo más naco, imagínate vivir en un billete, además van a creer que tenemos mucho dinero. No, no vamos a hacer eso.

No tengo ni una revista de decoración ¿tú crees?  tenía algunas, pero ya me acordé que las usé con Natalia para hacer su tarea del kinder. Lo único que encontré son puras revistas de moda, pero igual y viene una casita linda por ahí, ayúdame, ándale. Tiene que ser algo super fashion, así como toda mi ropa, mis lentes, mi bolsa. ¡Mi bolsa!


(Gracias a la Ash por las fotos. Según su email esta casa está en Mexicali)

jueves, 18 de junio de 2009

I exit. 

All that is left are problems that are not mine. The world shrinks as I read. My highway next to my ocean, my car, my unlit cigarette. Southeast, 65 miles per hour.

I think of those women with an urgent need to be heard, the ones everybody tries to run away from, the ones who are a trap of voice and sound and hand gestures and sorrow. Silent lives, lonely beds full of fully dressed bodies and the noise of tableware at 2:00 o'clock. Pretty little napkins, yellow, maybe.

Then the older kid hears the mother beat the crap out of the little sister: "they named us after the characters of El cantar del Mío Cid", he told me once. I have never read it, don't know the names of the characters, but now, I know one.

Men from another era. Teenage men who are around three decades old, or six. Lonely men full of lonely islands, empty boats, lost anchors and the will to live was murdered sometime ago.

Three women play chinese checkers, I am the green and play against the red, the blue has to go across our paths and she tells us: "like always, I have to do everything by myself". We laugh, because we know she does, and she's not ashamed of it, on the contrary, she is very proud, and just maybe a little bit tired of having to deal with it alone. But then, when the game is up,  she wins. I don't even know if I get second place.

(I have been un-shamefully dropping the word "nemesis" in my conversation)

Lies. The sensation of missing something, losing something, noticing a painful absence. Lies. The remembrance of a forgotten voice that said: "the world feels bigger when one is alone". 
Aquí todavía es 18.

Feliz cumpleaños Michi-pichi, te quiero mucho y te extraño más.


También feliz cumpleaños Kiki, aunque no leas esto.

L.

lunes, 15 de junio de 2009

sábado, 13 de junio de 2009

Mis compitas me invitan a comer por la tarde, llevo a la Ninis, voy en taxi; calculando lo mala que está la carretera, lo ciega que estoy y el hecho de que no sé dónde queda la casa, una vez en Tijuana espero en la Torre a que una de mis amigas pase por nosotras y le digo a la Ninis, así pa hacer platica: 
--¿qué habrán hecho de cenar? ¿tienes hambre?
-- No tengo tanta hambre, y pues, a lo mejor hicieron hombre a la barbacoa
--¿por qué dices eso Ninis?
--Porque casi todas tus amigas son gay... y feministas. Pero no te preocupes mamá, a lo mejor hicieron hombre al menudo o a la birria
--No, Ninis, como crees, ellas no odian a los hombres, pero bueno, si así fuera, qué harías, ¿comerías el guisado de hombre?
--Noooo, yo les diría que mejor me sirvieran el postre.

La cena fue: arroz, mole con medallones de pollo rellenos de plátano macho... Ninis predijo bien, hubo algo de machismo en la comida.

(Lo siento, tengo que presumirla. Mi hija es maravillosa)

La catarata le ha reventado el ojo derecho,  tiene un color blanco amarillento en la pupila, y no sé más, no puedo verlo durante mucho rato, hay una masa roja, carnosa, venas, vasos de sangre, lágrimas. No hablo mucho con él, todo termina en una discusión, en reclamos, en hablares violentos, golpeados, el dominio que nunca he permitido sobre mí y que él se empeña en lograr, aún con el ojo reventado,  las varices de las piernas en cicatrices abiertas que no cierran por la diabetes. Nunca me ha llamado puta, pero a mi hermana sí.

Es mi padre. Tres de sus cuatro hijos le han deseado la muerte en la cara. Ahora que está ciego, débil, viejo, le ha surgido una gran necesidad de amor, quisiera que alguien lo llamara con cariño,  que alguno de sus hijos lo escuche o le pida un consejo, alguno de sus nietos por lo menos, pero ya no es posible. Y no hay pena, compasión ni tristeza. Según la moral preponderante, debería de haber algún sentimiento de esos, pero nada. Tampoco hay alegría ni amargura o rencor, lo que hay es más bien indiferencia.

jueves, 11 de junio de 2009

Nuestro taller literario se ha mudado.

Pase a vernos a La Vid (es un lugar pequeñito afuera del Hotel Rosarito). Estamos los viernes de 5 a 7.

L.
¿Sabe usted? casi nunca visito a nadie, no me gusta y cuando lo hago, nunca llego sin avisar (bueno, la excepción era la casa de Don Marcos). A las casas sólo voy si soy invitada, son pocos los amigos con quienes sé que puedo llegar sin sentirme incómoda, invasora y esas casas son los lugares donde puedo tirarme a dormir en el sofá o caminar sin zapatos, ayudar a lavar los trastes, a cocinar, pero son dos o tres casas en el mundo, bueno, cuatro o cinco. 

Una de las ventajas de la desaparición de la shop, es que tengo tiempo, no tengo que volver a hacer cuentas o contabilidad, ni a pagarle nada a nadie, no tengo que salir a la banqueta a medir la noche según la cantidad de transeúntes, ya no es necesario esperar al cliente ni vender absolutamente nada. Fue doloroso al principio pero ha resultado liberador, he descubierto los sábados. Desde los 14 años he trabajado y mis trabajos siempre tuvieron el objeto de venderle algo a un gringo, ya se lo he dicho, fui front desk person, hostess, muchacha de la tiendita de curios, cajera, tabaquera, y todos esos trabajos me obligaron a no tener jamás un sábado libre. 

Va mal este post ¿verdad? es que no tengo ganas de escribir. Pero lo que querìa decir es que  hoy visité a Gaby, comimos, hablamos, creo que me quedé demasiado tiempo, pero me hacía falta platicar así con una compita. Y la Gaby rifa  ¿qué puedo decir? en cuanto a amigos tengo muy buena fortuna.

sábado, 6 de junio de 2009

El próximo miércoles 10 de junio tocada de Radaid (de Guadalajara) en la Ibero de Tijuana, 7:00 pm.  Auditorio de Loyola. Entrada libre.

viernes, 5 de junio de 2009

lunes, 1 de junio de 2009

Una pared turquesa (que más bien es un deep aqua).

Le presento a usted la tormenta de arena y lluvia que nos agarró en el Valle Imperial. Por fortuna mi compromiso con el arte se redujo a encerrarme en el carro. Cynthia en cambio, acabó empanizada...