lunes, 31 de mayo de 2010

The truth is:

1. Nothing needs to be more cinematic, life has enough drama already.

2. We are colonized by bugs, but problems emerge when their friends and cousins come to visit.

3. I really don't want to know why I do certain things, why I need certain things, why I want certain things. And even if these wants, needs and actions bother some people, I have no intention of changing them.

domingo, 30 de mayo de 2010

I was two or three when we moved to Colonia Mazatlán, my mom designed a home with long windows and arches, her father and an uncle on my dad's side built it, it was surrounded by a savage garden, had an untreated wood fence that turned grey with the rain and sea breeze. We lived in the middle of nothing, there were no paved streets nor electricity, but there were huge arroyos, fields of wild mustard and daisies, dogs, kids playing outside all the time.

I was very young but I remember that even though my parents house was fully finished, the fact that there was no electricity made me feel like we were camping all the time. At night we would tell stories, play shadows by candlelight. We always were very careful with the petroleum lamp that my mother would light at night. I was afraid of the dark and of fires, there was always the scary story of the mother who left to work and when she came back her children turned to charcoal because they were playing with the petroleum lamp. My dad worked evenings, he always left at two in the afternoon, and came back at eleven. I remember spending most of my nights with my mother and my brother.

In those days we were allowed to only one weekly electronic distraction: my dad's day off was tuesday, and on that day he would get the generator from his Impala and connect it to the TV until the generator went dead, that got us an hour or two of Mickey Mouse cartoons and classic Disney shows, me  and my brother loved this, it was great until baseball season started, then my dad would connect the TV just to watch the games, I don't remember if he was a fan of the Padres or the Dodgers, but I do remember Fernando Valenzuela's gut taking over my beloved screen, I hated the bastard.

Futbol wasn't popular then, anyone who cared about sports in northern Mexico was a fan of baseball, american baseball. There was also a local team; Los Potros de Tijuana, they played the Liga del Pacífico against teams from Sinaloa, Sonora, Nayarit, they were popular, but the Tijuana fan base ruled mainly for the San Diego Team. I remember going to a Padres game once with my parents, this was the most memorably boring evening of my childhood. Another evening my mother got us in to a cab and took us to the Estadio de los Potros in Tijuana. I don't know why she did this, she was never fond of baseball, I think maybe she thought that the game was a good opportunity to run into an old ex-boyfriend or something like that.

(y seguiré con este post luego, por ahora voy en busca de viñedos y de la Paloma, perdone usted que le escriba en gringo pero hace falta práctica... y como siempre, agradezco las correcciones de mi inglés ranchero en los comments o en el email)

El próximo viernes la Esme, la Miriam y ésta merita tomaremos un avión tempranero pa Hermosillo en busca de cárceles, escritura, coyotas y de pisar el infame "Pluma Blanca". 

miércoles, 26 de mayo de 2010

martes, 25 de mayo de 2010

Recuerdos de Sonora (Arizona se quedó en otra cámara).









(La foto donde Cynthia y yo posamos como ayudantes de mago presenta la desembocadura del canal Welton-Mohawk en la Ciénega de Santa Clara, delta del Río Colorado en Sonora. Es una larga y complicada historia, pero la demanda de agua de Los Angeles ha puesto en marcha una planta desalinizadora en Yuma, que tomará el 90% del agua que llega a la Ciénega a través del canal para enviarla a las albercas de Hollywood, y así es como la Ciénega de Santa Clara y en particular sus especies endémicas, quedarán condenadas a la muerte)

(El resto de las fotos son turismo sísmico) 

(Disculpe usted que no le presente fotos del esquivo Chupacabras -ya le he dicho que lo ví en dos de sus variedades-, pero se fue corriendo-nadando. Dice la Cynthia que unos eran "fluffy coyotes" y las otras nutrias, pero yo sé lo que vi y nadie me sacará de mi certeza)


lunes, 24 de mayo de 2010

Regreso y me dices que no trataste de suicidarte, que sólo te caíste del segundo piso. Siento la tentación de poner mi pie encima de uno de los tuyos y presionar con fuerza. Te digo que no subas las escaleras, que te quedes sentado ahí, debajo del árbol, te digo que es una fortuna  que no tengas fracturas, me dices que la fortuna sería traer un yeso y no sentir dolor. Te vas arrastrando las muletas.

Me dices que me extrañaste, no te creo.

Me abrazas y me preguntas cómo me fue,  respondo por atención, pero sé que no me escuchas. ¿Qué podría decirte? Leí un poco, comí chiles rellenos, no me tiré a la alberca porque no traía traje de baño, tuve calor, tuve frío, estuve (estoy) cansada, manejé, dormí poco, trabajé, se me secaron los labios, vi el video más bonito de Radiohead, soy la primer persona en el mundo que ha visto e identificado con certeza dos variedades distintas de chupacabras (acuático y del desierto), tomé la decisión de nunca ser así como no quiero ser, jamás. Y ahora te digo que me vuelvo a ir y cuando regrese, volveré a irme y luego, otra vez, y entonces quizá me vaya de nuevo, esa espero que sea para siempre.

domingo, 23 de mayo de 2010

Mami, te extrañe mucho... está bien si lloro ¿verdad?

sábado, 22 de mayo de 2010

Sí, este blog tiene buenos mayos.














(Quizá este sea el peor)

jueves, 20 de mayo de 2010

Estoy en Arizona, es un motel de los 50’s que se apropió la Best Western para convertirlo en un lugar vintage, ya ve usted que está de moda la nostalgia. El agua en el baño es demasiado caliente o demasiado fría. El café es malo. En el refrigerador hay una botella de sake sin filtrar y una de Pellegrino. Tengo alergia-resfriado o frío. El ventilador del techo gira lentamente, ya ve usted que nunca me ha gustado el aire acondicionado.

Estoy frente a una barricada de acero en la frontera. Digo: son trincheras para montar rifles, sólo les falta el alambre de púas. Es una larga hilera de x. El hombre de la Border Patrol es agradable, ayuda, platica, se interesa, ofrece información, pregunta muy poco. Tiene ojos azules y un tatuaje tribal en el brazo, ofrece su teléfono personal y el de la border Patrol, nos dice que estaremos  siendo vigiladas por las cámaras que hay a lo largo de la frontera. Se llama Travis.

Estoy entre picos y montañas, hay petirrojos (en realidad no sé cómo son los petirrojos, pero estos pájaros negros tienen parte de las alas o el pecho rojos y los he nombrado petirrojos). He dibujado pétalos alrededor de dos lunares de mi pierna izquierda. Hay moscas, abejas, bichos desérticos del infierno, el sonido de los canales y un camino que separa un campo dorado de trigo seco de uno verde de alfalfa joven.

Estoy frente a un puesto de tacos, pido lengua y adobada, jamaica con mucho hielo. Los taqueros alburean a un cliente, algo de un dolor de cabeza; chupar un limón morelos o uno amarillo. No entiendo, pero todos ríen, la mesera dice que los que no entienden son inocentes, chiquillos.

Estoy en la esquina de tres estados, en la línea de dos países, en la T de cabeza. Todos los agentes de la Border Patrol se acercan con pose de Batman: manos en la cintura, tocan ligeramente el radio, y algo que puede ser una lámpara. Su uniforme dice E. Hernandez, me acerca un celular, muestra la imagen subexpuesta de una tortuga, le digo que la he visto escalando las paredes del canal. Le hablo en español, mientras me espanto los mosquitos. Nació en Honduras, llegó a Estados Unidos a los cuatro años, hace 37 años. Se va con una sonrisa.

Estoy frente a la planta desalinizadora que secará la Ciénega de Santa Clara y matará al pez perrito, a la totoaba y a un pájaro del que he olvidado el nombre. Un mosquito se me encaja en el brazo, agita la cola tratando de saborearme. Lo mato.

Estoy en esta cama, iluminada por dos pantallas. Gira el ventilador, mueve algunas hebras de pelo mojado.

Estoy cansada.

miércoles, 19 de mayo de 2010

y quizá otro día tenga más tiempo.

por ahora le cuento que en Arizona los agentes de la border patrol han sido encantadores, amables, ofrecen su ayuda desinteresadamente.

(hoy uno sacó el celular y me enseñó una tortuga del Río Colorado, me dijo su edad, su país de origen, la edad a la que llegó a EU... en menos de tres minutos. y lo mejor fue que de mí no obtuvo información, eso me hizo pensar que me equivoqué de oficio. debería ser espía)

lunes, 17 de mayo de 2010

It's a blue suitcase filled with old clothes, old tennis shoes, sandals with paint stains, my oldest pair of jeans, medicine, sunblock, a green hat, organic insect repellent, a couple of books.

domingo, 16 de mayo de 2010

sundays used to be for cooking, laundry, going for a walk, seeing a friend or two, not for school work.
I have now realized.
And I can honestly say.
That I. And no other, 
Have kissed the most beautiful girl in the world.



Robado de Closing walls and ticking clocks, blog de Alex Solórzano.


(él y su novia hacen una pareja metaposmoderna muy genial, cada que paso y los veo abrazados y felices -él con brackets de ligas blancas y  peinado de wilde/poe/rimbaud, ella con thick eyeliner, boca roja y el pelo disparejo color paja a fuerza de self applied bleach y tijeras en el baño de su casa- les digo: you guys are disgusting)

jueves, 13 de mayo de 2010

En aquel tiempo andaba en busca de galería, trabajaba glazeando jamones cortados en espiral con una antorcha de gas en algún lugar de San Diego, además estudiaba. Se encerraba por días dibujando en restirador, hubo un artista (del cual no diré el nombre) que envidiaba sus ojos. Era un maestro en eso de los brillos, la transparencia, la oscuridad. Y sólo usaba carbón, tinta, papel. La última vez que lo vi estaba inclinado frente a las revistas de moda en el mercado, estaba de espaldas y algo me hizo ponerle atención, por las canas y lo encorbado pensé que era un viejo, pero luego pensé: el Hugo, y claro: el Hugo.
Tenía los ojos más cansados que nunca. Hicimos small talk y lo perdí de vista de nuevo.

Algunos años antes le pedí a uno de mis profesores que lo invitara para hacer una presentación de su trabajo en la clase, cargó con dibujos, los explicó, habló de sus influencias pre-rafaelitas. Yo creo que se decepcionó un poco, imaginaba que era una presentación grande y no una plática pequeña en salón de clases, pero aún así me hizo un dibujo de un fauno, en agradecimiento por la invitación.

Al Hugo no le interesaba otra cosa que no fuera dibujar,  no se iba de fiesta, por mucho tiempo no se le conoció novia, no usaba modelos, le gustaba cpiar las caras de las revistas de moda y también le interesaba el dibujo antiguo de cirugías, podía hablar horas sobre la habilidad de aquellos dibujantes para representar  la flacidez del tejido cortado, las vísceras, los instrumentos, las manos entrando en el cuerpo.

Y bueno, ahora  y hasta mediados de julio Hugo Crosthwaite exhibe sus dibujos en el San Diego Museum of Art.

Aquí un video sobre la costrucción y deconstrucción de un mural en una galería de Nueva York.

Y, entre los trámites burocráticos, las esperas del doctor, las citas del dentista más dulce de Baja Malibú, los exámenes, las fiestas, las clases, las noches de mucho sueño, la preparación de material para los días en que me voy, la compra de maletas que no pesen mucho porque una ya es mayor y se lastima, los árboles de olivo que a veces se quedan tan quietos, los artículos que no he terminado y ni siquiera empezado, la compra de corsets ante la posibilidad de hernias abdominales, las visitas de amigos que ya no viven cerca, los pequeños planes de viajes de un día con amigas que no saben como se le hace para hablar de cosas simples, cotidianas, ordinarias (y esa complejidad es lo que las hace adorables), los pequeños planes de pizza y cerveza en el balcón de una colina con poquísimos amigos rodeados de cercas estéticamente electrificadas, pues, no encuentro el momento para escribirle. ¿Le he dicho que la próxima semana me le voy a la zona de los terremotos y a un pedacito de ese estado gringo donde no nos quieren?  El próximo mes también me le largo, al inicio me voy a donde hacen hogueras con los niños en las guarderías, para fines de mes me le voy a donde se van todos (no, no es La Chingada, pero creo que ella alguna vez vivió ahí) y después de eso volaré para brindar con rodajas de piña en algún mercado de una selva donde se da la malaria. Y después de todo... no sé, le escribo, yo creo. Usted tenga fe.

domingo, 9 de mayo de 2010

Anoche: "La fiesta del fin del mundo".

(muchos heridos, caras quemadas de ácido, ojos de zombie, perros mutando en puercos, mascarillas antigás, cubrebocas. Yo no sabía que era necesario el disfraz pero al final acabé con unas marcas de colmillos que me encontré en el baño)

Hoy: Piñata, niños, sonrisas, horno.

(La organización de fiestas infantiles y las crudas no se llevan bien)
Hoy celebro una década con Ninis.

Estos días está obsesionada con los seres fantásticos, los dioses griegos, Mafalda. 

sábado, 8 de mayo de 2010

El palco de prensa es aburridísimo, nada más deprimente que estar en una silla de plástico rodeada de comentaristas deportivos y reporteros que están perdiendo el pelo. Sin embargo la vista es buena, hasta eso.

Todo pasa muy rápido, al inicio no se entiende nada: hombres que corren, saltan, hacen piruetas, es una gran demostración de agilidad y resistencia en el intento de dominar las fuerzas físicas que se unen cuando alguien hace rodar de una esfera.

En cuanto al baile un partido de fut es mucho mejor que cualquiera de las coreografías que había visto la noche anterior en el festival de danza contemporánea. Y es que es muy chistoso, hay toda esta serie de rituales adorables, mezcla de faramalla en el ring de lucha libre, acrobacias, teatro, demostración de destreza, homoerotismo, cacería y lo más importante: el instinto primitivo manifestado en el juego, por eso a los hombres se les da tanto eso de formar equipos, de organizarse, asignar roles, seguirlos, determinar en qué momento se hace cada cosa. Al mirar pasa lo mismo, ellos identifican lo que ocurre, entienden la lógica del juego, en cambio las mujeres vemos puro caos.

Encima de todo está el azar, la impredictibilidad de las acciones contrarias, de los pesos y tamaños de los cuerpos, los deseos, los vacíos, los talentos.

¿Sabía usted que Hugo Sanchez hacía goles fabulosos porque había sido gimnasta?  Supongo que venía de familia cirquera, tenía peinado de malabarista, después de todo. Puedo imaginarmelo perfectamente en un leotardo azul con lentejuelas y escote en el pecho un poco velludo y brillante de sudor bajo las luces entre el redoble de tambores haciendo una pirueta mortal sobre la cuerda floja.

La cuestión es que me aburrí en el palco de los periodistas,  lo más interesante era ver pasar a la gente a los lados y hacer cálculos: una familia con bebé de pocos meses, tres niños, la madre y el padre: 550 pesos un miércoles a las 3 de la tarde. Y eso que estamos en crisis. Muy cerca de ellos estaban los niños que llevan a cuestas los disfraces de estrella del Carl's Junior, del Cablemás, era como si Bart Simpson se quitara la cabeza y debajo descubrieramos a Nancy Catwright.  Las chicas-anuncio se protegían las curvas del sol aburridísimas esperando el medio tiempo.  Era todo muy deprimente y mejor me salí a caminar, a ver los aficionados felices, entre cerveza y fritangas. Me acerqué a La Masakre, una porra temible y desmadrosa, mi tío me había dicho que le gustaba ubicarse cerca de ellos. Ya había andado un rato cuando me acordé de él, bajé con lentitud por las escaleras rodeadas de aficionados intimidantes, pensaba: si no lo veo, él me verá.  Y de pronto saltó alguien que me dijo a gritos:

--¿Andas perdida? ¿Qué se te perdió?

Tuve un poco de miedo, después de todo estaba al lado de La Masacre, pero el gritón resultó ser mi tío, que me hizo lugar entre sus amigos y ahí me quedé rodeada de hombres que trabajan instalando elevadores.

Los eventos deportivos nunca han sido lo mío, hay una corta lista de juegos en los que he estado:

  1. Algún juego de beis del equipo donde jugaba mi papá (yo me escapaba a jugar debajo de las gradas)
  2. Uno de Los Padres en los 80's donde probé por primera vez los Nachos (aún puedo recordar el asco que me dio el queso de plástico amarillo y aguado).
  3. Un juego de Los Potros al que me llevó mi mamá.
  4. Una final de beis en La Habana donde estaba Fidel Castro (llegué tarde, no lo vi, me fui temprano, vi su limo al salir).
  5. Un par de juegos de "Los Miserables de la Libertad" featuring Tambor, el Pato, el Laguana, el Omar.
  6. El juego de futbol americano al que me invitaron alumnos.
  7. Los últimos dos juegos de los Xoloitzcuintles en Tijuana.
Los más divertidos fueron el de Cuba y los de los Xolos, y no sé, la euforia es contagiosa, la gente  se baña en cerveza, se pinta el cuerpo, grita, llora. Más que la pulcritud de la cancha y lo maravilloso que es ver a un árbitro correr de espaldas, es encantador escuchar a un albañil frustrado por el empate gritar:

--¿Pa esto me salí de trabajar? hasta me traje al chalán --mientras un hombre a su lado envuelto en una bandera se pone colorado, no sé si por el sol, la vergüenza o el coraje de que su equipo no haya podido romper el empate.

jueves, 6 de mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

La ley arizoneña se aplica en México todo el tiempo: en varias ocasiones mis amigos más mugrosos han sido detenidos en la calle por la policía que, luego de revisarlos, les pide identificación, si no la traen van al bote.

Hace tiempo me contó su aventura un compa que es pintor: se escapó corriendo a esconderse en la tienda de su tío para no caer en la celda justo cuando le pedían que se quitara las cintas de los tenis.

En fin,  aquí un cálido mensaje de Robert Rodriguez (tomado de Ash Puig).

martes, 4 de mayo de 2010

Me encantan las fotos de Abraham Palafox.


creo que esa de la derecha con pijamas de lunarcitos es la Paloma.
Todos los días en las noticias gringas pasan imágenes de un tipo que violó y mató a una o dos adolescentes,  lleva uniforme de prisionero azul marino (es igual que el que usan las enfermeras, los doctores en las series de televisión de hospitales, sólo que ellos lo usan verde o azul aqua). Siempre hay voice over,  una mujer da la noticia, se intercala la imagen del asesino con las fotos de la víctima cuando era una jovencita de nariz quemada, también ponen un video donde le escurre la lluvia en la cara y el pelo. Nunca he puesto atención al voice over. No sé qué dicen, no me interesa. El asesino parece escuchar al juez, baja la cara, luce como un niño recibiendo una reprimenda por haberse comido todos los dulces, un perrito cuando sabe que se ha portado mal, tiene una expresión de malicia inocente, no es ni siquiera siniestro o temible.

Su cuello es más grueso que su cráneo,  su sonrísa es tácita, al final ponen su foto al lado de una cita textual sacada de la carta donde pidió perdón por los crímenes cometidos. Supongo que es una carta escrita por su abogado y firmada por él en busca de evitar la pena de muerte.
en unos pocos días mi ninis cumple una década.

sábado, 1 de mayo de 2010

sonrisa
Esme, Ninis y yo fuimos por perrones en la hora del almuerzo, hablábamos: día del niño, corazones rotos, viajes cortos, largos, intermedios, pasados, futuros. La niña de los chicles llegaba cíclicamente (y cínicamente), luego llegó el señor de las canciones con esta tragedia:

Me dicen el asesino por ahí 
y dicen me anda buscando la ley 
por que maté de manera legal 
la que burló mi querer. 

En un momento de celos maté 
cegado de sentimiento y dolor 
la que burlaba mi honra y mi ser 
mi vida y mi corazón. 

ya está en el cielo juzgada de Dios 
de allá de lo alto si acaso me ve 
sabrá la ingrata que tuve razón 
sabrá cuanto la adoré. 

venite años que de sentencia me den 
con gusto voy mi delito a pagar 
pero antes quiero vengarme también 
del que me hizo criminal. 

Va la justicia buscándome a mí 
mas no me entrego hasta ver la ocasión 
de ver a el otro que me hizo infeliz 
y abrirle su corazón.