lunes, 30 de junio de 2008

(You respond with the emotional dettachment of your foreign tongue)

Un vacío en la panza, el cuello duro, un cuerpo que huele a cuerpo y a nada más. Las esperanzas bien muertas y enterradas. Deberían de abrir crematorios de esperanzas y salas funerarias y muelles donde cada quien arroje las suyas, para ver desde arriba como se ahogan.

Tengo ganas de estar mugrosa, de no bañarme en una semana, de oler fuerte y no peinarme ni lavarme la cara, ni ver un espejo y cuando me dé calor o sienta que el sudor se condensa en los pliegues que se forman bajo las articulaciones, meterme al mar.

Heredé las muñecas delgadas de mi padre, los huesos finos. Hoy cumple 65 y no le di un abrazo, me es muy difícil hacerlo, sólo le llamé a pesar de que vivimos a media cuadra. Tuvimos una conversación cordial, pacífica, esto que casi nunca ocurre.

(Perdone usted el carácter emo de este post pero ando tiernita)
I forgot that today is my dad's birthday.

sábado, 28 de junio de 2008

I smoke and drink my coffee outside.

The last time i sat on this chair i was in Irvine.

There's nothing pretty to see in my garden.

I listen to my random:

Cut Here
Nightclubbing
The letter (como me gusta la voz de Pato Donald de Macy Gray)
El puñal y el corazón
Bodysnatchers
Arráncame la vida

Cut the grass, plant the fig tree that she gave me, put away the extention cord that's been sitting on the washer for two monts.

I have a new job after all, I will be able to feed me and my daughter on the winter. I don't care about migration anymore.

My daughter lost a tooth last night, now she wants to teach me to whistle. Maybe when I'm old and lose all my theeth I will be able to do it.

It's a nice day to work on the garden, make it like me, make me like it.
A reminder to myself:

Uno lo tosió, otro se quedó en un burrito, otro se le cayó haciendo un ruido con los labios.

Tres han sido míos.

Mi técnica consiste en tomar el diente flojo con algodón y jalar un poco hasta desprenderlo. Works everytime.

Mi chaparrita está doblemente molacha, anoche le arranqué otro diente.

miércoles, 25 de junio de 2008

San Diego no me quiere. No me quiere nada, siempre me chinga.

Elsa, Kenia, Daniela, Oscar (aka, el boogger), Aisslinn, Una.

lunes, 23 de junio de 2008

Todo empezó con una propuesta:

--Wanna help me with my dad's apartment? we would have to do some cleaning and painting, but when we finish, the people who rent it will have to pay back the deposit money, and we can split it.

El pueblo, como puede imaginarse usted, es un cadáver rematado, hay días en que no pasa ni tumble weed por la calle, días tan aburridos que mejor cierro la puerta de la tienda un rato y me acuesto en el sofá a dormir, pero luego me gana la culpa y me despierto con el pelo dormido, la cara apachurrada, las manos sin fuerza y giro la llave sonriendo a las decenas de personas que pasan vendiendo pizzas, películas piratas, tamales, brócoli de Maneadero, nopalitos tiernos picados, tamales, burritos, pantalones usados, camisas colgadas en ganchos cuyo vendedor da el ultimate sales pitch: "mire la marca, es nautica, esta buena, y no es robada". O todos esos miserables que pasan pidiendo unas monedas para el funeral del niño recién muerto o para el centro de rehabilitación y a quienes tengo que decir: no. Lo siento a mí también me ha ido muy mal, no tengo dinero.

La situación está verdaderamente cubana. Al recorrer las calles de la colonia se puede ver como la gente saca sus cositas para vender, todo mundo ofrece un servicio, cortar el pelo, reparar el radiador, vender bolsitas de hielo, lo que sea, Digamos que la pobreza enriquece la creatividad y el hambre la alimenta. Un día de estos me pondré afuerita de la casa con mi Mac a vender cartas de amor y de desprecio, oficios de banco, solicitudes de empleo, currículums, muchos currículums.

En el pasado, momentos como este me han orillado siempre a tener los trabajos más extraños, como aquel donde me pagaron por gritar "Save the worm" en una serie de televisión cuya estrella principal era un gusano (sí señor, entre mis talentos está el aparecer de extra en producciones de presupuesto paupérrimo, tanto que no alcanzan estudio en Hollywood, sino en Popotla).

Y entonces, ante la calamidad económica, mis opciones eran:

1. Quedarme en el shop a ver pasar las moscas, porque ni los carros.
2. Tomar un fin de semana de light cleaning, plus do some dirty shopping y visitar algún museo, o salir o sólo estar lejos de mi casa... and get some money on the way.


Usted puede imaginarse que la decisión no fue difícil, en dos patadas estaba en Irvine, igualando los colores de la pared e inspeccionando la alfombra con detalle. Antes de salir, mi hija me preguntó.

--A qué te vas mamá?
--A ayudarle a la Jenny a limpiar un apartamento, vuelvo en un par de días, no te preocupes.
--¿Vas a ir de sirvienta?

Pues sí. puedo pensar que su lógica devastadora fue más o menos así: los mexicanos sin dinero se van a trabajar limpiando casas gringas, mi madre es una mexicana sin dinero, por lo tanto, es una sirvienta.

Después de darle las correspondientes explicaciones que valieron de muy poco, le dije que iría a Los Angeles. Yo sé que es la palabra mágica, en cuanto ella escucha el nombre de esa ciudad sólo piensa en una cosa: American Girl Shop.

La historia es larga y complicada pero mi hija ha aprendido a ahorrar y a trabajar con un objetivo en la cabeza, su American Girl. La compró en navidad y desde entonces, cada que hay un viaje a LA, le compra un outfit o visita la tienda, que es un edificio de tres pisos, con teatro, cine, restaurante, un salón de muñecas históricas, una sección de muñecas con las caracteristicas raciales y los rasgos de la niña que las compra, accesorios, libros, ropa, salón de belleza para muñecas (porque el pelo de la muñeca es humano, de hecho hemos encontrado canas en Little Amber, seguramente canas chinas...) además de todo, la tienda tiene hospital, para cuando les ocurre algún percance y hay que mandarlas reparar. It's complete madness, American Girl is to dolls what Jimmi Choo is to shoes; el sueño capitalista hecho realidad: una pequeña compañía de Chicago que es comprada por Mattel y cuyo producto se vende a precios obscenos en Los Angeles, Chicago y Nueva York..

Mi hija venció la vergüenza de que su madre se fuera de sirvienta, porque tenía guardado algo de su dinero de cumpleaños y quería un outfit para la muñeca: "Kit's christmas dress", con sus medias de red blancas y sus zapatitos de charol negros y el moño rojo de lunares blancos: $26 dlls plus tax. Little Amber se vería tan linda.

El proceso de limpieza no fue espectacular pero era todo lo que necesitaba en mi vida en ese momento. Silencio, ni siquiera ipod. Neurósis, una esponja y unos guantes de hule, pequeñas manchas en la pared, pequeñas manchas en la alfombra, el olor de la pintura detrás de mi cuello. Soltar las emociones, distinguir entre el conformismo y la obsesión. Descubrir que aceptar tranquiliza, libera, relaja. Que hay cosas con las que no se puede pelear, sólo es necesario aprender a vivir con ellas. Esto fue un pensamiento que se había ido construyendo desde el freeway con esa línea interminable de laureles floreados al centro: rosas, blancos, naranjas. Pinches flores sentimentales que me matan de alergias. Mi cuerpo se pelea con todo, se rebela, va en contra de lo que no quiero, me llora, me arde, me duele, me estornuda. But there are things I just can't fight. Aceptar (no entender, no conformarse, no comprender, no respetar, no resignarse porque todo eso tiene contextos distintos), aceptar es una palabra que indica una relación de extrañamiento, casi de tolerancia: ello es así, yo no. Acepto a ello, pero no me adapto, ni me enredo, ni me peleo, ni me pierdo. Yo soy de otro modo. Creo que son cosas de la edad, así como no me caracterizan los celos y le tengo pavor a sentir envidia, tal y como yo no embotello mis palabras ni mis emociones, pero sí mis sueños.

Es delicioso pensar en esto mientras una limpia las cacas de mosca de una ventana y, después de un break de comida vietnamita, pasa a visitar un hangar de zepelines: dos estructuras masivas de concreto. Dinosaurios de la guerra fría en el más hiperreal abandono, rodeados de casas en shortsale y de strip malls desiertos. La crisis, pues, la crisis.

Jenny llegó con cerveza por la noche después de pelearse con el hombre de la pintura en el Lowe's. Paquetes de papas, una latita de crema, en mi bolsa había leftover Camels. Hablamos en el patio, la noche super fresca, comimos, bebimos, fumamos. ¿Sabe usted lo que es no probar una cerveza en seis meses? i do.

Compartimos colchón pero no cobija. Jenny en su very fancy Northface sleeping bag, yo en la sonriente bolsa de dormir de ladybug. Por la mañana nos despertamos tarde y crudas, los cigarrillos fueron racionados con heroísmo y conciencia cancerosa:

--We have to stop doing this Lore, it's just stupid.

El baño, después de limpiar el baño, es una caricia. Vestidito negro (no el mismo de aquel post, porque ya tengo uno nuevo, digamos que ya tengo dos, aunque el nuevo no me queda tan bien y el viejito, que por cierto llevo puesto, me gusta más porque tiene una caída perfecta, pero ya está muy desgastado). No sé por qué siempre hago esto: compro una prenda de ropa que me gusta, unos zapatos, por ejemplo y durante años seguiré comprando variantes de lo mismo. Hubo una época en que estuve atorada en las maryjanes por no se cuantos años, ahorita ando en los peep toe shoes, como en otro tiempo anduve en el lipstick rojo, que ya no, porque a mi edad debo tener cuidado con el drama. Y el pelo pues, también. Nunca largo. Nunca. No puedo esperar a que pase de moda mi viejo bob.

El destino siempre había sido LA, íbamos tarde. El dirty shopping acaba temprano en sábado (y no existe en domingo), fui a visitar a los de siempre: la koreana, el indio, el salvadoreño de nombre imposible de no olvidar. Esa fascinante bodega que vende toda la parafernalia del vicio que pueda usted imaginarse: bongas, vásculas, pipas (de crack, de marihuana, de cristal), bolsitas para dósis de colores, latas de alimentos ficticias, huecas, desenroscables, especiales para guardar el stash. Y además lo de siempre: las hookas, el incienso, los brebajes detox, los inocentes encendedores.

Después de encontrar mi estacionamiento favorito caminamos entre los mayoristas de bolsas, a cada paso había algo nuevo, el cash desaparecía rápidamente de la cartera, y la señora de las quesadillas huía de una redada frente a nosotras. La perseguimos, no diré que no. Era la historia de una gringa, una norteña, y un par de mujeres, seguramente de Guerrero o del Estado de México en persecución. Unas huían de la policía, las otraslas perseguían a ellas con mucha hambre y muy poco dinero. Desistimos cuando vimos que las del puesto nos llevaban una cuadra de ventaja, no pude ver si se les cayó la salsa en el camino. Ojalá que no, habría sido una pena.

Tuvimos que conformarnos con el producto local: hot dogs. En toda la zona del fashion district (que es un eufemismo para llamar al espacio de la ciudad donde se vende el producto de los sweat shops de indocumentados que trabajan sin prestaciones de ningún tipo cosiendo mangas y pantalones), hay unos carritos minúsculos, especie de camiones, de tráilers en miniatura (son tan largos como una bicicleta y tan anchos como una cama individual) desde donde se expiden hotdogs con cebollitas y jalapeños sofritos en la misma grasa de las salchichas, el olor al pasar es glorioso. Me atreví a preguntar:

--Cuánto cuestan?--recuerde usted que andábamos sin dinero.
--Cada uno a $3, o dos por $5.

Nos metimos a una zapatería, sacamos todo el dinero que nos quedaba, entre las dos teníamos $2.70, ni siquiera nos alcanzaba para compartir uno. Pero recordé que en el fondo de mi cartera guardo siempre mi billete de $2 de emergencia, lo saqué.

--Es el de emergencia Jenny, nunca lo gasto.
--No, we cant use that, you must keep it.
--Jenny, we're hungry. It's an emergency, I will talk to the lady.

Total que tras una breve negociación comíamos salchichas, lamentándonos porque no habíamos tenido suficiente dinero para comprar una soda y porque nos cansamos mucho correteando a la doña de las quesadillas. Nos hicimos tomar una foto de muertas de hambre. Un hombre preguntó si éramos estrellas de cine, entredientes respondí: no, de blog.

Los Angeles, no sé, de verdad, no sé. Hubo un tiempo en que me hacía llorar, pero he aprendido a conocerla y a fluir con ella, desde aquel día en que me obligó a poner gasolina con mis propias manos (con mis propias manos, dios del universo, con mis propias manos). No sé qué me hizo, no sé qué me dio, me perdí demasiadas veces y aprendí a agregar rutas en el programa ese de orientación interna que se queda por siempre, me hice de ahí tal y como me pasó en Berlin (pero mire usted, que esto que le digo nunca me ha pasado con San Diego) y al llegar a la esquina de la 12 y Los Angeles st. la ciudad me regaló un anillo (que me quedó un poco grande, es un mood ring que se pone gris con el frío y azul con el calor). Lo puse en mi pulgar derecho y le dije a la Jenny:

--See? this city loves me.

Pero como le decía al principio, esto se trata de una muñeca. Fuimos por el 101 hasta la ruta transplantada de Sunset y Fairfax, primero a LACMA, porque es la visita obligada, vimos una muestra de arte post chicano movement y nos pasamos a ver de nuevo los picassos y los duchamps y la plancha maravillosa con clavos de Man Ray. Y pues, American Girl está a unas cuadras de LACMA, en The Grove, que en sábado por la tarde era un infierno sin estacionamiento, desesperadas dimos vueltas y vueltas hasta que le dije a Jenny que me bajaba del carro, que buscara 3A y ahí nos veríamos, al fin, yo sólo iba por un vestido. Al llegar a la tienda el panorama dio un giro radical: había cadenas cubiertas con terciopelo, alfombra roja, señoras y señores. Hombres de negro con aparatos intercomunicadores pegados al tímpano, gente con trajes elegantes, niñas vestidas de muñecas, limusinas y SUVs aparatosos estacionados afuera de la tienda, y en medio de todo eso, una madre con el dinero de cumpleaños de su hija en busca de un vestido. Me acerqué a la entrada, me informaron que se trataba de un evento privado, la premiere de una película (así es, American Girl hace películas, dramáticas, por cierto), que ese día la tienda sólo estaba abierta para invitados. Me di la vuelta, encabronadísima, con mi boleto de estacionamiento en la mano, pensando que Jenny no habría encontrado estacionamiento y que después de haber regateado comida en la mañana, nos veríamos obligadas a pagar 7 dlls por nada. Una vez más caminé sobre mis pasos y me acerqué a la puerta con toda la decisión de una madre rosaritense para soltar esta frase inolvidable:

--I came all the way from Rosarito just to buy a dress, can you at least validate my parking?

Y una mujer de trenza dorada sacó una tarjeta de su bolsillo, parecía que le era urgente tranquilizarme. Me alejé con mi pequeño triunfo, Jenny ya venía en camino, mágicamente había encontrado estacionamiento, precisamente en 3A. Le expliqué lo que había pasado y que era mejor irnos a cenar.

--No, Lorena, I can't imagine going back home without Ninis' dress, let's stand outside of the shop and look real sad, they just might let us in.

A los tres minutos de estar recargadas en una columna (al estilo que lo hacían las cholas de la Mazatlán hace tres décadas), uno de los hombres de seguridad se nos acercó para preguntar sobre la situación de inseguridad en el pueblo, sobre los cárteles y las balaceras, me contó que le gusta venir a jugar racket ball al Hotel Rosarito, le platiqué de los puros, le di la business card y como por arte de magia abrió la cadena de terciopelo, la gente se aglomeraba afuera de la tienda mientras nosotras pisabamos por primera vez en nuestra vida una alfombra roja. Fuimos directo al segundo piso por el vestido de Kit, conforme avanzábamos encontrábamos mesas con bocadillos, meseros sirviendo pink lemonade, chardonnay y ahí tiene usted a La Lore gorreando champagne flutes con toda la dignidad de una alcoholic Beverly Hills housewife.

Al final salimos con la goodie bag de la premiere, que unas sonrientes rubias regalaban a la salida. Nos sentíamos asaltantes, outlaws, ventajosas, tranzas. Una vez afuera de la tienda nos sentamos en una banca a revisar los contenidos de la bolsita de regalo, había libros, un dvd, posters, etc, y entre todo ello, el mismo vestido que Ninis me había encargado y que yo acababa de comprar. Tenía dos vestidos exactamente iguales. Nos fuimos a fumar a la fuente muertas de la risa, liberando a pequeños eructos las burbujitas de champaña, completamente eufóricas, para luego ir a cenar y platicar y ser las últimas en salir del restaurant de comida India, hablar un rato con el dueño, responder a la pregunta: where are you from? com un drástico, inesperado e injustificado: "I'm from Rosarito". No hace falta dar explicaciones, y en Los Angeles nadie las pide.



De vuelta en Irvine recibimos la llamada de Román invitándonos a la fiesta de graduación de Alicia en Hollywood Hills, era el pretexto perfecto para volver y cambiar el vestido repetido en la tienda de muñecas.

Dimos un último repasón a la casa, la alfombra volvió a ser nueva, el color en las paredes era casi exacto al original, el baño estaba impecable, la cocina blanquísima, estabamos listas, empacamos todo, dejamos el colchón afuera de la puerta, para recogerlo a nuestro regreso del fancy party. Román prometía una fiesta de comida rica, actores, intelectuales, modelos, a la cual Billy Idol, vecino de la casa de al lado, estaba invitado y bueno, nos parecía un poco de mal gusto pasar frente a la casa de Billy con un colchón en el techo del carro.

Billy Idol nunca llegó pero las expectativas fueron superadas, incluso vimos a un búho, y los venados nos espiaron desde las sombras de los árboles. Yo había prometido mantenernos al tanto de la hora, porque había que manejar de regreso, pero lo olvidé. Ibamos en galas maravillosas: Jenny con su vestido de $9.99, yo con mis stilettos ultraperros de tacón plaid blanco y negro de a $12.99 acompañados de mi suéter de emergencia, que viaja en el fondo de la mochila igual que el billete de $2 en mi cartera.

Me sentí tan cenicienta cuando estuve a punto de perder un zapato por meter el pie a la alberca. I'm such a cliché. Y podría hablar de las pláticas, de los tequilas, de la escasez de los cigarros en una sociedad tan health concious, pero basta con decir que la fiesta estuvo buena.


A la media noche nos encontramos de regreso en el departamento que habíamos limpiado con tanto esmero, lo único que había que recoger era el colchón. Lo atamos al techo con los mejores nudos de marinero que conocía la Jenny y emprendimos el viaje de regreso aquí. Al pasar la aduana lo pensé de nuevo: soy un cliché... pero al menos el carro que me lleva se convirtió en colchón, no en calabaza.





sábado, 21 de junio de 2008

And today I touched live sharks.

(su piel se siente como lengua de gato)

viernes, 20 de junio de 2008

Lo espío a usted desde el diez de diciembre del 2005.

Visitas:

Total: 71,538
Average Per Day: 93
Average Visit Length: 1:17
Last Hour: 3
Today: 101
This Week : 649

Las únicas visitas que ignora el contador son las de esta computadora.

(Cuando lo puse tenía un promediop de 40 visitas por día. Me gustaba hacer el ejercicio de imaginarme a cuarenta personas en mi casa. Son un chingo, decía. Ahora me imagino a 101, esa sería una fiesta muy grande, una fiesta geek muy extraña.)
Freedom is a lover I will never leave.

miércoles, 18 de junio de 2008

Algunas fotos del viaje de un par de cenicientas en Los Angeles.


Román y Alicia, recién graduada de su master's en UCLA.




Román Luján




The UCLA crowd: Bryan, Catalina, Román, Alicia, et al.
;


Gate of India, Tikka Masala deliciosa en Sunset.


American Girl, proudly made in china (a doll shop at The Grove)


LACMA


Jenny and her yoga.


El sonriente sleeping bag que me prestó Ninis.


La diáspora está Incorporated.



-Señora, le quiero hacer una propuesta, yo sé que los hot dogs son de a dos por $5 dlls, pero nomás traemos $4.80 entre las dos, y de ese dinero, diez centavos son pennies...
sabes que, creo que no ocupas mota, you're pretty weird just being yourself...
Feliz cumple a:

Kiki (mi hermano)
Ruby (la hermana de Lou)
Don Marcos (papá de Omar)
Alan (alumno del taller)
Memo (compita de ros)
Melissa (la super Michi que anda perdida bebiendo té en algún lugar de Berlin)

Todos amontonados el día de hoy, todos géminis, todos piratas.

Santogold.


Memo, Rafa, Paloma.


Nortec es de todos.


Cold War Kids


The ting tings

lunes, 16 de junio de 2008

-Mamá, eso que traes está muy hippie, pareces una alfombra.

(pausa dramámatica)

Y lo digo en serio.

(La Ninis opinando sobre mi falda)
Los Angeles: dos días que se convirtieron en tres.

(Tres horas y media de sueño, pero viene el desquite)

Aquí algunos aforismos y cursilerías del fin de semana:


***
En Los Angeles me siento más en Tijuana que en Tijuana.

***
La ciudad me dió un anillo.

***
I am a writer and an exhibitionist.

***
--I can't belive that philospher guy don't know Baudrillard, Zizek or Foucault... and he's doing a master's in UCLA? there's something very wrong with his program.
--He's probably an analitic who likes Hobbes.

***

La luna, las luces de la ciudad, la alberca, el búho, las columnas griegas de plástico, fumar con un actor convertido en director cuyo nombre es tan raro como Leij y, a unos pasos, la casa de Billy Idol. How more L.A. can this be?

***

This city has so many layers

***
Una vagina sin pelo se ve como un pollo desplumado.

jueves, 12 de junio de 2008

Nortec @ Independence Jam

Tijuana makes me happy: Pepe Mogt, Bostich, Rafa Saavedra.

Little Miss Wasted.


El Memo y sus matavíboras.


Una y Paloma presumiendo sus lentes de tienda del dólar.

Ninis y Memo



Rafa, Memo, Paloma, Kristiano, Karla, Ninis, Una, Chris.

Ninis, Una, Bostich, Rafa.
(el diálogo fue algo así:
-Ponte tú enmedio.
-Claro que no, tú eres el rockstar)


Paloma.


(Espere más fotos próximamente, las pondría ahorita pero tengo mucho sueño)
Fotos del teléfono de Rafa.







lunes, 9 de junio de 2008

Dos frases de la plática con Ron Gláubitz.

A mí me gusta la memoria.

Ser feliz es aburrido.


Unos pedazos de la plática con Jenny:

-- He doesn't have a problem with being a stay-at-home dad... es como las mujeres que dicen: soy una mujer de mi casa.
--Yeah, I just don't know how they can do that and not go crazy.

***

No es tonta pero no sé qué hace con su inteligencia.

***

Pues sí, es prostitución simbiótica

***

You wanna go see Gloria Trevi with me?
I never thought anyone would ever ask me that, but yeah, I'll go, you tell me when.

***

domingo, 8 de junio de 2008

La Lore, bien pinchemente cansada y hablando en tercera persona le cuenta a usted algunos de los highlights del concierto de hoy.

(Escenario: Devore Stadium, Independence Jam, concierto maratónico bajo el sol de San Diego. Situación: niña de ocho años que rescata un moco del fondo de su nariz y lo muestra confundida a su madre)

--Mamá, dónde lo pongo? -La madre considera las opciones. Le enternece que alguien le haga semejante pregunta, no lo piensa mucho y responde:
--En el pasto, hay mucha gente sin zapatos.

***

En el camino de regreso, la locutora del live broadcast dice algo así:

Nortec Collective was not what at all what I had in mind... it was awesome! Picture a cowboy playing the acordeon, another guy playing a trumpet and, in between them, two other guys making music with computers. It was one of the performances that I liked best, so far.

***

Ver a la familia y amigos de Bostich felices, bailando con pasos perfectamente uniformes y coreografiados al estilo del "Achy breaky heart", o su versión nacional: "no rompas más, mi pobre corazón", pero al ritmo de la música de Nortec, por supuesto.

***

Ver a Rafita Saavedra, creador de la frase "Tijuana Makes me happy" emocionadísimo mientras Nortec tocaba la canción del mismo nombre y escucharlo decir: es mi "Cielito Lindo".

***
Y el chiste cruel:

--¿Sabes por qué nomás está uno de la Banda Aguacaliente?
--Pues sí, debe ser muy caro tener a toda la banda no?
--No, es que este es el único que tiene pasaporte.

sábado, 7 de junio de 2008

Una fiesta de máscaras de Don Marcos en Horas de Junio:





-A mí no me invitaron, soy demasiado underground para las horas.
-A mi tampoco, bueno sí, pero soy demasiado pobre para las horas.





Don Marcos en todo su esplendor.

(Don Marcos es, además de adorable, el papá del futuro Dr. Pepper, es decir, de Omar Pimienta)

Compruebe que en Hermosillo, hasta los de Tijuana y Texas se ven bonitos y alimente su vouyerismo aquí mero.

jueves, 5 de junio de 2008

Felicidades a Humberto Peña Cano (destacado alumno del taller de escritura creativa en el bachillerato Ibero de Tijuana) cuyo cuento "Razones para no fumar en las terrazas" obtuvo mención honorífica en el noveno concurso de cuento preuniversitario "Juan Rulfo", convocado por la Universidad Iberoamericana

Yei Humberto!

(I'm so very proud!)

miércoles, 4 de junio de 2008

"Le asamos su carne gratis"

(un letrero afuera de la Comercial Mexicana de Quinta Plaza)

domingo, 1 de junio de 2008

I saw a dead person yesterday.

I realize this in the bathroom, in front of a line up of nail polish: pink, red, shimery violet. I never paint my nails, I don't know where the bottles came from, probably my daughter was playing with them.

No supe si era hombre o mujer, sólo sé que manejaba y primero vi los pies, descalzos.

Gaby likes my bathroom, it's tiny. She's always telling me to take photos of it and send them to a magazine of decoration for small spaces. I don't think it has anything special, just the red rug, the necklaces and Ninis' portraits.

Primero pensé que un borracho se había quedado tirado en la banqueta, pero luego vi el cuerpo inerte con la cara a la noche, el pelo largo y negro descansando en el suelo.

I guess this bathroom is actually nice, I like the red mueblecito where the towels are kept. I painted the walls on a creamy light yelow that day that I was mad at someone, and I learned that if you want to do a good paint job, you need to be mad.

No sé si ella lo había visto pero tuve que decirlo:
-Hay alguien tirado ahí Gaby, creo que está muerto.

When I shower, I like to keep the window open. All of the bathroom gets steamy, I have to wipe the mirrors with the towel in order to see myself.

Había un casco en el piso, pensé en una pizzería. Había un hombre delgado y alto usando un celular, no había carros detenidos, creo que estaban un par de personas alrededor. Era un semáforo.

There's a small basket for magazines next to the plant: National Geographic, Homes and Gardens, Gatopardo, Glamour (i find free thrashy magazines on the bookshelves filled with old bestsellers at the post office). The plant has been with me for as long as I lived in this house.

-Está muerto. Lo atropellaron, lo sé porque no tiene zapatos, cuando la gente muere en accidentes de carretera siempre pierde los zapatos, no sé porqué.

I like the shower curtain, it's very old, had it forever, it's white cotton, the bottom looks a little yellowish because of the moisture.

Manejo sin saber qué decir, pensando que entre los carros que avanzan adelante de mí, está el asesino.

The door though, it wasn't installed right, you can see trough the frame, it needs good mouldings.

Avanzamos algunos semáforos más, nos detenemos por gasolina, abro el cofre y pido un aceite para el power stering, el hombre de la gasolinera lo pone con cuidado, cierra el cofre con fuerza, pago y doy la propina. Tengo sed.

There are two lamps, one above the shower, one above the medicine cabinet. They give nice light, but sometimes I like to shower in the shade, it feels nicer, cooler, more intimate.

Continuamos avanzando, el sonido de la ambulancia interrumpe nuestro silencio.

I try to avoid thinking that I saw a dead person yesterday. I open the shower curtain to remind myself that I need to clean the tiles, I hate it when they get moldy.

--Apenas van
--Sí, apenas. Ya para qué.