martes, 1 de noviembre de 2016

Acabo de descubrir el fuego.

Ahora sé que para alcanzar la paz es necesario hacer un pequeño incendio todos los días, es igual de necesario que un baño.

Calor. quemar. humo.

La locura y todos esos humores que sueltan los cuerpos en tensión se sosiegan con un poco de lumbre. Ahora entiendo porqué en mis peores días buscaba la cocina. No me interesaba la comida, sino la estufa, la flama me tranquilizaba.

El día de hoy tengo algo especial para usted, un consejo: prenda una velita, una varita de incienso, un cigarro. haga su fogata con lo que le alcance, verá cómo es cierto.